IVÁN DE LA NUEZ
La Teoría de la vanguardia de Peter Bürger se centraba en las dos tareas más importantes que demandaba entonces el arte: romper la representación y disolver la frontera que lo separaba de la vida. Fracasar en esta doble empresa habría certificado la derrota de la vanguardia y su imposibilidad. Cuarenta años después, Teoría de la retaguardia es un manifiesto irónico surgido de ese fiasco. Se entiende que nuestra época no está marcada por la distancia entre el arte y la vida, sino por una tensión entre el arte y la supervivencia, que es la continuación de la vida por cualquier medio. En el malestar que brota de esa supervivencia, Teoría de la retaguardia sospecha de un arte que va dejando sus esquirlas en la política, la iconografía o la literatura, ámbitos desde los que regresa cada vez más maltrecho a su Ítaca de siempre: el museo. Desde ese viaje de ida y vuelta, este ensayo se pregunta si el Arte Contemporáneo no se acaba nunca. Porque si fuera mortal, entonces habría que escribirle un final.