Alain Badiou
Hace veinte años, mi primer Manifiesto se alzaba contra el anuncio del -fin de la filosofía-. La situación ha cambiado mucho. El aquella época, la filosofía estaba amenazada en su existencia; hoy en día, se podría decir que también está amenazada, pero por una razón inversa: está dotada de una existencia artificial excesiva. En Francia, singularmente, la -filosofía- está por todos lados. Sirve de razón social a diferentes paladines mediáticos. Anima cafés y centros de puesta en forma y bienestar. Tiene sus revistas y sus gurúes. Todo el problema reside en que, de allí en más, se entiende por filosofía aquello que es su más antiguo enemigo: la moral conservadora.