BÁEZ, FRANK
La poesía de Frank Báez dialoga con el territorio fangoso del presente, la melancolía caribeña y la pregunta por la misma escritura. En los poemas se desgajan las obsesiones de quien mira perplejo lo que lo rodea: u201cLa ciudad tiembla al igual /que las manos de un alcohou0301licou201d. En los textos se evidencian las percepciones de una Santo Domingo en escombros que se desmorona, no obstante, a partir de esa caída libre, se construye un nuevo relato que permite, también, la risa y la burla de los lugares de enunciación solemnes y catastróficos tan acostumbrados en la poesía Latinoamericana. Con una sintaxis que omite la grandilocuencia los poemas navegan entre referencias a la cultura pop, el mar, la tradición de la poesía de la cual Báez se alimenta, la tristeza tercermundista, el humor y la pregunta por la muerte que asecha todo el tiempo: u201cAl morir no tendré tiempo de cerrar los ojosu201d. En el prólogo de este libro el poeta nos muestra sus cartas, una especie de confesión que devela el horizonte en el que se construyeron los textos: u00abHace un tiempo me topeu0301 con una recopilación de la poesía de Virgilio Pinu0303era donde este escribió una nota que expresa de una manera elegante mi intención con estos primeros poemas. La nota termina de esta manera: u201cu00bfQueu0301 justifica esta edición de mis poesiu0301as? Pues hacer en vida lo que muerto no podriu0301a hacer: ordenar. Dejemos nuestra casa en orden antes de cerrar, por última vez, sus puertasu201du00bb.rn