Claudio Magris
"El Danubio", que ha sido calificado como "un maravilloso viaje en el tiempo y el espacio", enlaza con el "tourisme éclairé" de un stendhal o un Chateaubriand, e inaugura un nuevo género, a caballo entre la novela y el ensayo, el diario y la autobiografía, la historia cultural y el libro de viajes. En palabras del su autor, el libro es "una especie de novela sumergida: escribo sobre la civilización danubiana, pero también del ojo que la contempla", y fue redactado "con la sensación de escribir mi propia autobiografía". Paisajes, pasiones, encuentros, reflexiones: "El Danubio" es, pues, el relato de un "viaje sentimental" a la manera de Sterne, en el que el narrador recorre el viejo río desde sus fuentes hasta el Mar Negro -atravesando Alemania, Austria, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia, Rumanía, Bulgaria- mientras recorre al mismo tiempo la propia vida y las estaciones de una cultura contemporánea, sus certezas, sus esperanzas y sus inquietudes. Un viaje que reconstruye en forma de mosaico, a través de los lugares visitados e interrogados, la civilización de la europa Central, con la inmensurable variedad de sus pueblos y de sus culturas, captándolas en los signos de la gran Historia y en las mínimas y efímeras huellas de la vida cotidiana, e identificando las nervaduras precisas: la presencia alemana, el peso de las minorías étnicas y de las culturas negligidas, la huella dejado por los turcos, la vigente presencia hebraica.