Jean-Christophe Bailly
En lugar de invocar al pasar la -biodiversidad-, se trata de entrar en la multiplicidad heterogénea de lo viviente, descender al juego entrecruzado de conductas y distancias a través de las cuales el mundo animal sin cesar se despliega. Y quizás encontrar allí la entera y admirable conjugación del verbo ser: tal vez, en efecto, es solamente allí, tras los animales, que ese infinito se despliega de toda pose, liberando así una declinación innumerable de maneras de vivir e incluso de pensar: ser lucio, ser ñu, ser gato, ser mono hay allí una pista o más bien pistas, vías que no se pueden seguir más que en pensamiento.