Goran Petrovic
«En general, me parece que los manuscritos dependen de experiencias increíbles », escribe Goran Petrovic en uno de los cinco relatos que componen Diferencias. Sólo que en su caso, lo increíble reside en lo cotidiano, en aquello que tenemos frente a nosotros día con día, que ya no advertimos, quizá justo por ser tan evidente. Petrovic escruta con su minucioso ojo que se asemeja a una lupa capaz de magnificar las casi imperceptibles disonancias que componen la vida humana. Ahí donde todo parece transcurrir con «normalidad», el autor revela que esa palabra no es más que una convención para denominar a lo que por principio es difuso y siempre cambiante.