Muriel Laurent
El contrabando fue una preocupación para las autoridades decimonónicas colombianas, en tanto afectaba, según ellas, los ingresos nacionales y la moralidad de la población. Este libro presenta un panorama de este fenómeno entre 1821 y 1886, y trata de entender por qué y cómo ha podido perdurar el comercio ilícito. Analiza cuatro aspectos: la política económica, fiscal y arancelaria, la administración de aduanas, el tratamiento del delito y la tensión entre las prácticas sociales y los discursos oficiales.