Alberto Salcedo Ramos
Me gano la vida cometiendo errores, es decir, haciendo textos. El verbo texere en latín significa tejer. Escribir es eso: garrapatear una frase, borrarla, garrapatearla otra vez, tejerla con la siguiente, construir el sentido palabra a palabra. En cada línea fallo, en cada línea tengo una nueva oportunidad. Los errores nos retan y nos ayudan a sostener la búsqueda. A veces el esfuerzo es insuficiente para enmendar el error. He aprendido también a bailármelo. Aparte de los yerros involuntarios derivados de mi torpeza, están los perpretados a conciencia. Si es imposible corregirlo, nos queda la opción de convertirlo, por lo menos, en un asunto bailable.