NIÑO MURCIA, CARLOS
Más de la tercera parte de la Bogotá que hoy conocemos fue autoconstruida por sus habitantes a través de distintos procesos que se iniciaron a comienzos del siglo XX, cobraron enorme importancia entre 1950 y 1980, y han continuado hasta el presente.
Los vecindarios construidos con el trabajo individual y colectivo de sus moradores se originaron principalmente mediante la llamada urbanización informal o pirata de lotes ubicados en la periferia de la Bogotá urbana, sobre todo en Ciudad Bolívar, Usme, Tunjuelito, Rafael Uribe, San Cristóbal, Bosa, las zonas más occidentales de Kennedy, Engativá, Fontibón y Suba, y en menor grado en los bordes orientales de Usaquén, Chapinero y Santa Fe.
Otros barrios autoconstruidos surgieron a través de tres tipos de procesos diferentes al de la urbanización pirata: mediante acuerdos entre trabajadores y patronos, por invasión de terrenos privados o públicos, y en procesos de autoconstrucción dirigidos por profesionales del Estado o de entidades privadas.
Bogotá hecha a mano enuncia, en sus distintas modalidades, los pormenores de la gesta colectiva que llevaron a cabo millones de habitantes de la ciudad para forjar viviendas acordes con sus anhelos y capacidades económicas, a la vez que dotar a sus barrios de servicios y condiciones adecuadas para levantar a sus familias y brindarles posibilidades de futuro.
Este título, en sintonía con el propósito del Museo de la Ciudad Autoconstruida en Ciudad Bolívar, apuesta por la recuperación de las historias de esa gesta social y cultural, y busca promover que nuevos actores continúen trabajando en la comprensión, mejora e inclusión de la ciudad autoconstruida. La de la Bogotá hecha a mano.